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Carta de una ciudadana a la que le preocupa 'esta' presidencia

Carta de una ciudadana a la que le preocupa 'esta' presidencia   (nunca mejor expresado)

Señora presidenta:

                  Cansada de escucharla repetir frases partidistas perimidas, impostando un tono de voz seudo emocionado y recitando cada oración creída que nos muestra una verdad revelada, me siento a escribir  estas líneas porque así como usted, Señora Presidente, encuentra su desahogo  en la verborrea desde preparados escenarios, yo lo intentaré desde la  escritura, ya que no tengo los medios económicos para reunir un auditorio de tamaña magnitud.
                    Quiero desahogar en primer lugar la desazón que me produce cuando Usted hace uso y abuso de su condición de mujer. Se auto discrimina, se victimiza. Señora: estamos en el año 2008, hace casi una década que hemos comenzado el  nuevo milenio, ya ninguna mujer occidental, profesional y dirigente se siente discriminada por ser mujer. No nos pasa por la cabeza ni sentimos en  la piel esa sensación... gobernamos todo tipo de países, desde súper potencias hasta emergentes, dirigimos mega empresas, somos científicas, ejecutivas, eminencias en cada disciplina.

                  Es una postura obsoleta titularse discriminada por ser mujer, hasta me atrevo a decir que es infantil y caprichosa, la mujer occidental ya no se ampara en este prejuicio. Como mujer me da rechazo que Usted utilice este argumento para conmover sensibilidades que no lograría de otra forma..

                  También quiero desahogar el pensamiento que tuve cuando la escuché decir que Usted es la primera mujer Presidente elegida por el pueblo en la Argentina, todos recordamos que Isabelita también lo fue, Vice por supuesto, pero luego llegó (muy parecida a Usted) y también tuvimos a Evita, quien no llegó pero que por momentos Usted recrea en el timbre de voz y en la cadencia de su discurso . No nos engaña...es un viejo símbolo del peronismo ortodoxo 'la  mujer peronista' al lado de su pueblo y de su hombre que le posibilita la vanidad del poder.

                  Desahogo también el fastidio de escucharla decir'esta Argentina es otra, esta es la plaza de la transformació n' La Argentina no es otra lamentablemente, gracias a su política sigue siendo la Argentina de las arengas, de las divisiones entre clases.

                  La escucho hablar del 'color de piel', 'de los oligarcas', de 'los dueños del país', al igual que el peronismo del 45 hablaba de 'los descamisados' , 'de los oligarcas' y de 'los dueños del país'.

                  Nos advierte a los que la miramos por TV que esto ha sido como el lock out patronal del 76...por favor!!! se me cruza por la mente la cara y las pocas  pulgas del paisano Alfredo De Angeli, parado en una ruta entrerriana desde hace 20 días, él representa a todo el otro pueblo que Usted niega. Ya no hay lugar para golpistas Presidenta, por suerte aprendimos esa lección, pero  lamentablemente aún hay lugar para aparatos peronistas, gremialistas con  panzas y bolsillos gordos, fuerzas para policiales como sus seguidores a sueldo. No existen los intentos de golpe de Estado que usted nos cuenta  envuelta en alta costura, adornada con su Rolex de oro y brillantes, que menos para el pueblo!, Evita era amada a pesar de sus visones. He dudado en escribir este último párrafo porque no quiero discriminarla a Usted por millonaria.. . pero nobleza obliga... usted discrimina a todo un sector de gente de campo laburadora tildándolos de 'ricos que viven en la abundancia y golpistas' yo no puedo menos que bajar a su nivel y tildarla a Usted de tilinga y vanidosa... entre otras cosas.

                  También desde el mismo escenario de la histórica Plaza, hoy tan peronista como entonces, porque nada ha cambiado, nos indica que debemos terminar con 200 años de desencuentro y fracaso.  Presidenta, no sé si sabe que hace 100 años atrás la Argentina era pujante, emprendedora, trabajadora. Inmigrantes escapados de la pobreza de sus países poblaron esta tierra donde pudieron  progresar, produjeron, trabajaron, abrieron caminos, ferrocarriles, fabricas, en fin... fuimos una Nación y sin su partido.

                  Después vinieron los últimos 100 años de historia donde se mezclaron gobiernos militares y casi 50 años de peronismo... .sí....sumemos: Perón, Perón, Cámpora, Perón, Isabelita, Lúder, Ménem, Menem, Duhalde, Kichner, Kichner..., de manera que todos estos años de desencuentros y fracasos ¿a quien se los debemos?, creo que a nuestros emergentes: los  dirigentes.. ..USTED en este caso. Y esta situación de retroceso, de  estancamiento y enfrentamiento con el campo argentino es el claro ejemplo de los fracasos del pasado: Campo versus Pueblo. Campo y pueblo son lo mismo o campo también es pueblo, mal que le pese a su partido y a Usted que ha  recogido su bandera mas ortodoxa y destructiva. La Argentina siempre ha sido  y es considerada una Nación muy 'rica' por su campo, y Ud. viene con sus aires de matona a que el pueblo se enfrente con la gente de campo, que gracias a ellos somos el país que GANA exportando carne y granos mas que ninguno!!! y no hablemos de que más que seguro el gobierno, o sea Ud. ha mandado a prender fuego a los pastos de las islas de Entre Ríos
para echarles la culpa a la gente de campo...!!!

                  Y este antagonismo que Usted declama desde el escenario, esta diferencia que deliberadamente pretende instalar en el colectivo de los ciudadanos referida  a 'colores de piel', 'rubios contra negros' es una perimida utilización de la más vieja y burda política : instalar el resentimiento, declararse del lado de los pobres y arriarlos como rebaño detrás de la zanahoria. Pero los tiempos y la gente común la superan altamente Presidenta; ya nadie suscribe esas antinomias, ya nadie se obnubila con esos antiguos enunciados, la verdad pasa por otro lado, por el lado de los que trabajan y los que no, de los que quieren justicia y los que no, los
que no roban y los que si. Ya todos sabemos muy bien que los gremialistas son los dueños del país, que los políticos y funcionarios son, al finalizar sus mandatos, los nuevos ricos de turno, todos sabemos muy bien que el campo y la industria no son antagónicos sino que son complementarios y motores indispensables para el desarrollo y todos sabemos muy bien que, como simple pueblo sin banderías, contamos con una sola herramienta para corregir fracasos y desencuentros: el voto... ya le tocará su turno Señora y como decía Perón: el pueblo
hará sonar el escarmiento.
No nos subestime Señora, nosotros -los argentinos comunes- sabemos muy bien que aquí no hay intención de golpe, que este reclamo del campo es económico y nada tiene que ver con 'voltear un gobierno', no necesitamos mezclar esto con el tema de los 'derechos humanos', el aparato que usted mueve es el pasado y la mentira, el reclamo del campo es pedir políticas de Estado con proyección de desarrollo federal y esto es genuino, si no hay alimento en las mesas de los argentinos es su culpa y responsabilidad y de nadie mas, hay un sector que le esta reclamando que no confisquen sus ingresos y hay un gobierno que por soberbia, incapacidad y debilidad en vez de
comprender y corregir errores sumerge a todo el país en un nuevo
desencuentro.

                 Basta, ya me siento mas desahogada y sobre el final me doy cuenta que Usted no me falló, Usted es como yo esperaba: Una persona incapaz frente a tanta responsabilidad, una persona aferrada a la vieja política que se empeña en destruir nuestro futuro, una persona ambiciosa de poder y nada más.

                Aquí termino, no quiero cansar con este texto como usted me cansa con su discurso, se ha corrido un telón en Argentina, ahora todos los actores están en el escenario y precisamente Usted, no esta desempeñando el mejor papel.

                  Virginia E Pugliese

El día que los terroristas se quitaron el maquillaje derechohumanista

El día que los terroristas se quitaron el maquillaje derechohumanista
Agustín Laje Arrigoni*

     Frustrados los planes golpistas de las organizaciones terroristas subversivas que operaron en nuestro país durante los años 70, sus principales cuadros y dirigentes optaron por el camino del exilio (paradójicamente, no en países gobernados por el tan anhelado comunismo, sino en la vapuleada "sociedad de consumo" europea). Desde el exterior, sustituirían las armas y el militarismo por la victimización y el discurso político de los derechos humanos. Este viraje estratégico es explicado sin rodeos por el periodista marxista Pablo Giussani (muy allegado a Montoneros): "Ya ahogada en sangre la aventura guerrillera, la temática y el lenguaje de los montoneros en el exilio sufrió algunos cambios. La exaltación de la propia actitud de matar a Aramburu o a Mor Roig, cedió paso a la condena de la matanza inversa practicada contra la guerrilla por el régimen militar". (1)

     En rigor de verdad, quienes solicitaban justicia desde el extranjero, denunciando al Proceso por violaciones a los derechos humanos, años atrás, no sólo no los habían respetado, sino que ni siquiera les había temblado el pulso a la hora de fusilar a centenares de personas y volar en pedazos a otras decenas, mediante la colocación de explosivos.

     Lo cierto es que, el 23 de enero de 1989, con el cruento ataque a La Tablada, los terroristas se quitaron el maquillaje y, con ello, el banderín de los sacrosantos derechos humanos dejó ver, por algunas horas, su verdadera esencia: entre los atacantes, se encontraban reconocidos militantes de organizaciones "derechohumanistas".

     El grupo terrorista MTP (Movimiento Todos por la Patria), prolongación del ERP, comandado por el asesino Enrique Gorriarán Merlo, fue el autor de tan trágico acontecimiento que acabara con la vida de diez soldados e hiriera y mutilara a otros sesenta. Gorriarán compromete al actual secretario de Derechos Humanos, Luis Eduardo Duhalde, y al subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarollo, afirmando que "con el fin de activar y formalizar los contactos con el exterior, habíamos promovido un Instituto de Relaciones Internacionales, donde estaban Rodolfo Mattarollo y Eduardo Luis Duhalde, junto con otros compañeros".(2) En puridad, según palabras del propio jefe del MTP, quienes en el presente trabajan desde el Estado por los Derechos Humanos de los argentinos, otrora fueron partícipes de una banda homicida, cuya naturaleza era violarlos y pisotearlos.

     Entre los terroristas que atacaron el cuartel de La Tablada, se encontraban, como ya mencionamos, y para sorpresa de muchos ingenuos que habían creído sus discursos filantrópicos, reconocidos "humanistas" y pretendidos "pacifistas" que aleccionaban sobre valores humanos a la sociedad. Entre ellos, Francisco "Pancho" Provenzano (3) (hermano de un guerrillero del ERP, muerto en 1972 a causa del estallido de una bomba que él mismo estaba colocando en el edificio Libertad), quien fuera distinguido militante "por los derechos humanos", pero que, al parecer, los olvidó, cuando decidió arremeter contra vidas humanas en el ataque de marras.

     Entre los cadáveres de guerrilleros que luego se identificaron, se encontraba el de Jorge Baños, abogado "derechohumanista" del CELS, que también se sacó el maquillaje en La Tablada, revelando su verdadera naturaleza terrorista, que hasta al Dr. Nino (quien pretendía hacer creer a la sociedad que los terroristas eran simples jóvenes equivocados) sorprendió.

     Pero no sólo Baños y Provenzano integraban el grupo homicida de Gorriarán Merlo. También el sacerdote Puigjané combatió en el ataque del MTP; era el mismo que formaba parte de la organización "derechohumanista" de Adolfo Pérez Esquivel, Servicio de Paz y Justicia. Al parecer, no se equivocó el ensayista Guillermo Rojas, cuando afirmó que, de la estructura del grupo de Pérez Esquivel, "habría personajes que intervendrían, en 1989, en la toma del regimiento de La Tablada".(4)

     El lacrimógeno héroe del filme "La noche de los lápices" (cuyo contenido efectista fue desmentido por los propios protagonistas del hecho), Pablo Alejandro Díaz, también se alzó en armas, dispuesto a violar los derechos humanos de quienes se encontraban en el cuartel.(5) Lamentablemente, los 16 de septiembre, en los colegios y en la televisión, a los efectos de preservar la historieta de los lápices, se opta por omitir la sangrienta aventura guerrillera de Díaz.

     La verdadera cara de los terroristas devenidos en "derechohumanistas" quedó al descubierto: no luchaban por los derechos humanos, los violaban; no respetaban los valores democráticos, se alzaban contra un gobierno constitucional; no buscaban desde sus organizaciones supuestamente humanitarias un revisionismo histórico genuino: en el ataque de marras, ingresaron "con sus caras pintadas, arrojando volantes desde uno de los vehículos, mientras gritaban "Viva Rico"(6), a los efectos de simular que se trataba de una sublevación carapintada y engañar a la sociedad.

     A veinte años del cruento ataque a las instalaciones del regimiento 3 de infantería "General Belgrano", de La Tablada, el kirchnerismo y los militantes "derechohumanistas" pretenden dejar en el olvido lo acaecido. No por temor a una persecución legal o repudio social, sino porque, sin lugar a dudas, aquel sangriento 23 de enero de 1989, fue el día en que los terroristas se quitaron el maquillaje de los derechos humanos y mostraron a todo el pueblo argentino su verdadera naturaleza.
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Citas:
(1) Giussani Pablo. Montoneros. La soberbia armada. P 51. Sudamericana-Planeta, 1984, Buenos Aires
(2) Enrique Gorriarán Merlo. Memorias de Enrique Gorriarán Merlo. De los setenta a La Tablada . P 479. Planeta, 2003, Buenos Aires
(3) Rojas Guillermo. 30.000 desaparecidos. Mito, realidad y dogma . P. 310. Editorial Santiago Apóstol, 2003, Buenos Aires.
(4) Rojas Guillermo. Op. Cit. P. 295.
(5) Ver Márquez Nicolás, La mentira oficial, P. 252. Edición del autor. 3º Edición. 2007. Buenos Aires.
(6) Revista "Lucha Armada en la Argentina". Nº 9. P. 5.
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*Agustín Laje Arrigoni tiene 19 años, es estudiante universitario, autor de numerosos artículos de opinión e investigación sobre los años 70 y está terminando su primer libro en la materia. Se desempeña como coordinador general del Movimiento por la Verdadera Historia.

No hay que olvidarse de La Tablada

Hace exactamente veinte años, gobernaba Raúl Alfonsín.
No había gobierno militar: la democracia ya había cumplido 5 años y se aprestaba a renovar su presidente.
Ambos partidos ya tenían candidato: Angeloz y Menem.
Uno era el candidato lógico del partido gobernante: había repetido su mandato al frente del gobierno de Córdoba, después de lograr la modificación de la Constitución provincial.
Menem, en cambio, había triunfado impensadamente sobre Cafiero en la interna del PJ, en julio del '88.
Aunque unos meses atrás parecía imposible, la tendencia era clara: Menem se encaminaba hacia la presidencia. El desprestigio del radicalismo era muy grande, la economía se encontraba descontrolada.
Las elecciones presidenciales habían sido convocadas para el 14 de mayo, de modo tal que faltaba poco más de cuatro meses para que el voto popular consagrara a un nuevo presidente. Y todo indicaba que sería Carlos Menem.
Ese era, en grandes trazos, el escenario político cuando a las 6 de la mañana del 23 de enero de 1989, un camión de distribución de gaseosas, que había sido robado horas antes, embistió el portón de entrada del Regimiento 3 de Infantería de la Tablada. Lo seguían una Ford Ranchero, 3 Renault 12, un Ford Falcon y una camioneta Toyota. En total, medio centenar de hombres y mujeres pertenecientes al Movimiento Todos por la Patria (MTP), que lideraba el dirigente guerrillero Enrique Gorriarán Merlo, iniciaron la acción terrorista. El conscripto que oficiaba de guardia fue abatido al iniciarse el copamiento. Tras 30 horas de combate, el cuartel fue recuperado y los sediciosos, derrotados. En total, murieron 28 guerrilleros y 11 miembros de las fuerzas de seguridad (Ejército y Policía).
El ataque fue precedido por una gran operación de prensa. Desde semanas antes del atentado, un grupo de dirigentes del MTP denunció una presunta conspiración organizada por Menem y los militares carapitadas, encabezados por Mohamed Alí Seineldín. Resultaba insólito que quien tenía el poder al alcance de su mano, intentara un movimiento de subversión contra el tambaleante gobierno de Alfonsín.
El diario por el que se canalizó la insólita denuncia fue Página 12, entonces dirigido por Jorge Lanata y que tenía como principal pluma al columnista Horacio Verbitsky, quien, desde sus textos, fogoneaba la denuncia encabezada por Jorge Baños, dirigente del MPT.
En ese tiempo, no existía la TV por cable y los principales canales de la Capital Federal, pertenecían al Estado nacional. Estos canales respaldaron la descabellada denuncia, cediéndole espacio y tiempo desproporcionado si tenemos en cuenta el bajo grado de predicamento político que tenía el MTP. Este clima previo desembocó en la toma del cuartel de La Tablada.
Las hipótesis tejidas alrededor de este hecho terrorista de gran escala fueron múltiples. Las más verosímiles y lógicas desde lo político insisten en adjudicarle su organización a los restos de la guerrilla setentista, pero con el apoyo y la complacencia de un sector de la Coordinadora de la UCR, que por todos los medios buscaba desprestigiar a Carlos Menem en su marcha inexorable hacia la presidencia de la Nación.
La idea, habrían dicho los hombres de Gorriarán Merlo, era tomar el cuartel por algunas horas, adjudicar el hecho a un grupo militar "carapintada", organizar una movilización popular de respaldo a las instituciones y, de ese modo, dejar a Menem pegado a una sublevación contra la democracia.
Pero el tiro les salió por la culata.
Al MTP, a la prensa que apoyó y promovió el hecho y a los tiernos jóvenes de la Coordinadora que, muy probablemente, hayan sido -por así decirlo- engañados por los terroristas.
Luego se pretendió que estos hechos estaban enmarcados en el artículo constitucional que convoca a "armarse en defensa de la Constitución", que se trató de un acto en defensa de la democracia y de las instituciones.
Sin proponérselo, los hechos de La Tablada echan luz sobre la mucho más lejana década del setenta.
Sobre la identidad y cantidad de los demonios.
Sobre los jóvenes idealistas.
Sobre agresores y agredidos.
Sobre el terrorismo.
Sobre quienes defienden y quienes desafían a la democracia.
Y también sobre los derechos humanos.
Por todo eso, conviene no olvidarnos de La Tablada.

Gonzalo Neidal
Fuente: La Mañana de Córdoba