Los tripulantes del rompehielos Almirante Irízar, que llegaron este jueves a la estación aeronaval de Ezeiza tras el incendio que afectó a la nave, aseguraron haber vivido momentos de incertidumbre durante las horas que debieron esperar en las balsas hasta que los auxiliaron.
No obstante, remarcaron el profesionalismo de las autoridades del rompehielos para enfrentar la situación, e hicieron hincapié en la labor del capitán Guillermo Tarapow, quien ordenó la evacuación y trató por todos los medios de frenar el avance de las llamas.
'Estuvimos seis horas en la balsa junto con otras 19 personas hasta que nos rescataron y durante ese lapso nos apoyamos unos a otros, como así también a algunos que estaban descompuestos y quebrados por la situación', dijo el cabo principal Marcos Vásquez.
El militar, quien estaba a cargo del mantenimiento de los helicópteros del rompehielos, remarcó, sin embargo, que 'volvería a hacer la campaña antártica porque el rompehielos es mi segunda casa'.
Por su parte, Silvina Morales, calificó de 'héroe' a Tarapow, ya que, según manifestó, el marino 'dijo desde un primer momento que, si se hundía el buque, él se iba con él" y agregó que 'estuvo firme en su decisión hasta último momento'.
'Todas las maniobras fueron impecables de parte de él hacia el personal y para cualquier militar el capitán Tarapow sería el ejemplo a seguir', expresó Morales, una de las seis mujeres militares que viajaban como tripulantes en el rompehielos cuando se inició el incendio.
Unos 150 tripulantes del rompehielos arribaron este jueves a la estación aeronaval de Ezeiza, donde fueron recibidos por la ministra de Defensa, Nilda Garré, y las máximas autoridades de la Armada, tras ser rescatados en alta mar luego del incendio del Irízar cerca de la costa de la localidad chubutense de Puerto Madryn.
Los tripulantes llegaron en horas de la mañana en tres tandas a bordo de aviones Fokker de la Fuerza Aérea provenientes de la base naval de Puerto Belgrano y se reencontraron con sus familiares y amigos, quienes aguardaban su llegada desde la evacuación del buque, ocurrida en la madrugada del miércoles.
El teniente Cristian Blanco, que fue recibido por su mujer y sus dos pequeños hijos, comentó que 'estuve cuatro horas en la balsa y en ese momento uno piensa en un buen final: ellos -por sus hijos y su mujer- fueron los que me dieron la fuerza para estar acá'.
En tanto, el teniente de navío Mariano Rivolta, quien estaba como helicopterista, dijo que 'no estábamos acostumbrados a lo que pasó, pero sí a las maniobras y acontecimientos de emergencia, dentro de la escuadrilla tenemos dos helicópteros en el rompehielos y somos nueve pilotos'.
Agregó que el incendio 'llegó al hangar y vimos explosiones sobre el techo, mientras las puertas comenzaron a derretirse por el calor, pero anímicamente estoy bien, excelente porque nos socorrió y trajo un buque pesquero'.