"El presidente no tiene la culpa"
¨ Del ridículo de las "inversiones chinas".
¨ Del conflicto con Italia y Japón por los bonistas.
¨ Del vandalismo que azotó la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
¨ Del caos producido por los cortes de calles.
¨ De la violencia urbana.
¨ Del crecimiento de la inseguridad y la delincuencia.
¨ De la impunidad de las patotas y las barras bravas.
¨ De la crisis energética.
¨ Del affaire Borocotó.
¨ Del vandalismo que azotó Mar del Plata en la Cumbre de Presidentes.
¨ De la tragedia de Cromagnon.
¨ Del conflicto con el Uruguay por las papeleras.
¨ Del papelón de La Haya.
¨ De la pelea con la Iglesia.
¨ De los desaires internacionales por no cumplir el protocolo.
¨ Del conflicto con Chile por el gas.
¨ Del alineamiento con Chávez en Naciones Unidas.
¨ De la presión inflacionaria y el control policial de precios.
¨ De la reducida inversión externa en la economía.
¨ De los dislates de D'Elía.
¨ De la estafa a los jubilados.
¨ De las limitaciones a la libertad de prensa.
¨ Del "apriete" a periodistas y empresarios.
¨ De la vergüenza de la situación educativa.
¨ De la corrupción generalizada que campea en todos los niveles de la administración.
¨ Del continuo comportamiento antirrepublicano y la concentración extrema de poder.
¨ De haber licuado el Congreso.
¨ Del desmanejo de las finanzas públicas.
¨ De la persistencia de la pobreza a pesar del enorme crecimiento económico.
¨ De la instauración del clima de intolerancia social.
¨ De resucitar los criminales enfrentamiento setentistas.
¨ Del desmantelamiento del Poder Judicial y la renuncia masivade jueces.
¨ De los enfrentamientos en San Vicente por el cadáver de Perón.
¨ De violar la ley participando en procesos electorales provinciales como
Misiones.
¿Alguna cosa en la Argentina tiene que ver con el presidente, su gobierno y su capacidad?
¿O todas estas cosas son imputables a "la derecha", "los noventa", la "prensa amarilla", la "vieja política", "el Fondo Monetario", y los "monopolios", unidos en conspiración contra su gobierno?
Victimizarse alguna vez puede ser aceptable, en alguna circunstancia excepcional y probada del devenir político.
Vivir victimizándose lo que logrará es el hastío , como ya se nota en ambientes cada vez más numerosos de la vida ciudadana.
Quizás el presidente, si mira el almanaque y se da cuenta que le falta apenas un año para terminar su período, reflexione y se dedique, de una vez por todas, a levantar la mirada, mirar el horizonte y, dedicarse a gobernar.
Ricardo Lafferriere
Ex Embajador argentino en España y ex legislador nacional