Querido Comandante Chávez:
Le escribo porque señor Hernandez Borgo me dijo que usted requiere esta información. Quiero que sepa que agradezco su ayuda para resolver este problema. Estoy deseando dispuesto a echarme la culpa por algo que no hice y por lo que no tenía conocimiento previo. Pero no deseo viajar a la Argentina o Venezuela para decirlo.
Nunca supe que el dinero estaba en el avión. Lo descubrí cuando la inspectora de la aduana Argentina . Antes de salir del hangar de PDVSA , observé al jefe de seguridad Ramírez con la maleta al igual que con otra más grande del mismo color y tipo, donde creo que había más dinero del que se encontró. La maleta grande pasó la Aduana y Uberti se la llevó con él. Todo lo que hice fue ayudar a cargar las dos maletas a los carros en un gesto caballeroso hacia Victoria B., la asistente. Una de esas maletas es la del dinero descubierto. Yo no tenía idea de que el avión llevaba dinero. Fui invitado a subir al avión para planear un negocio detubería de gas con el Gobierno argentino. Sólo después de montarme en el avión me di cuenta que Uberti no estaba interesado en el futuro negocio lícito. Por el contrario, habló. Solo se dedicó a ver El Padrino.
Después de que se descubrió el dinero, me dejaron en el aeropuerto con promesas de que aquellos que estaban envueltos en este problema desaparecerían inmediatamente.
Luego de algunas horas, me dijeron que, si decía que el dinero era mío, podría haber solo una penalidad y que se quedarían con la mitad del dinero por esa pena. Yo acepté porque tenía miedo. Después de todo y en primer lugar, el dinero no era mío. Pero como usted sabe desde los sucesos anteriores, el problema ni se fue. Es más, ha empeorado. Ahora soy un hombre buscado por algo que nunca hice.
En estas semanas pasadas, he buscado ayuda de los directores de PDVSA. Todos aquellos los que me han llamado y los que han venido me aseguran que Ramirez no permitiría que me pase nada y que sabrá cómo compensarme. Sólo tengo que firmarle el poder a los abogados PDVSA mandó y que están remunerados por la empresa.
Me dijeron que ellos se van a encargar de todo. Me explicaron que quizás pase unos días en una cárcel en Argentina. Me aseguraron que sería recompensado por todos misproblemas y que inclusive se me daría una refinería. Está demás decirle que les creo una palabra. Pero ahora también y de fuentes en las que confío plenamente, me dicen que hay algunas personas muy poderosas en Venezuela con tentáculos en el Gobierno a quienes harán lo indecible para que yo no hable ni diga la verdad de lo ocurrido. Yo tengo mucho miedo de tener que ir a la Argentina y también de regresar a Venezuela, mi país.
La única manera que puedo pensar en que esto se resuelva, es desde aquí, defendiendo mi extradición a Argentina desde aquí. Mi plan contratar un abogado aquí en los Estados Unidos. Uno que todo el mundo sepa que uno dice la verdad. Yo le diré al abogado que el dinero es mío y que lo llevaba a la Argentina para dar la cuota inicial para la compra de unas tierras. También, si es necesario, hablaré con la prensa para que esta historia se convierta en creíble. Pero para poder convencer a los jueces y a los abogados aquí, debo tener evidencias reales.
Me dijeron que se me iba a dar un documento (una declaración de aduanas) en Caracas, diciendo que yo salí con ese dinero aquella noche. En estos momentos no tengo el documento.
Al mismo tiempo un documento de compra-venta de tierras en la Argentina para probar que el dinero tenía ese fin. Yo creo que la DISIP, a cargo de resolver este problema ahora, tiene la capacidad de hacerlo. Pero necesito esa documentación en forma urgente.
Debido a los sacrificios que estoy pasando y para aclarar mi buen nombre y para tener suficiente dinero para pagar a los abogados, necesito $2 millones. Cabe mencionar que esa cantidad de dinero fue la que se me ofreció para este fin. Tengo la cuenta para que esto se pueda lograr. Y finalmente quiero su garantía que después que haga todo esto, no me encuentre en problemas legales en Venezuela. Y sólo usted, Comandante puede proveerme esa garantía y darme su palabra.
Le escribo porque señor Hernandez Borgo me dijo que usted requiere esta información. Quiero que sepa que agradezco su ayuda para resolver este problema. Estoy deseando dispuesto a echarme la culpa por algo que no hice y por lo que no tenía conocimiento previo. Pero no deseo viajar a la Argentina o Venezuela para decirlo.
Nunca supe que el dinero estaba en el avión. Lo descubrí cuando la inspectora de la aduana Argentina . Antes de salir del hangar de PDVSA , observé al jefe de seguridad Ramírez con la maleta al igual que con otra más grande del mismo color y tipo, donde creo que había más dinero del que se encontró. La maleta grande pasó la Aduana y Uberti se la llevó con él. Todo lo que hice fue ayudar a cargar las dos maletas a los carros en un gesto caballeroso hacia Victoria B., la asistente. Una de esas maletas es la del dinero descubierto. Yo no tenía idea de que el avión llevaba dinero. Fui invitado a subir al avión para planear un negocio detubería de gas con el Gobierno argentino. Sólo después de montarme en el avión me di cuenta que Uberti no estaba interesado en el futuro negocio lícito. Por el contrario, habló. Solo se dedicó a ver El Padrino.
Después de que se descubrió el dinero, me dejaron en el aeropuerto con promesas de que aquellos que estaban envueltos en este problema desaparecerían inmediatamente.
Luego de algunas horas, me dijeron que, si decía que el dinero era mío, podría haber solo una penalidad y que se quedarían con la mitad del dinero por esa pena. Yo acepté porque tenía miedo. Después de todo y en primer lugar, el dinero no era mío. Pero como usted sabe desde los sucesos anteriores, el problema ni se fue. Es más, ha empeorado. Ahora soy un hombre buscado por algo que nunca hice.
En estas semanas pasadas, he buscado ayuda de los directores de PDVSA. Todos aquellos los que me han llamado y los que han venido me aseguran que Ramirez no permitiría que me pase nada y que sabrá cómo compensarme. Sólo tengo que firmarle el poder a los abogados PDVSA mandó y que están remunerados por la empresa.
Me dijeron que ellos se van a encargar de todo. Me explicaron que quizás pase unos días en una cárcel en Argentina. Me aseguraron que sería recompensado por todos misproblemas y que inclusive se me daría una refinería. Está demás decirle que les creo una palabra. Pero ahora también y de fuentes en las que confío plenamente, me dicen que hay algunas personas muy poderosas en Venezuela con tentáculos en el Gobierno a quienes harán lo indecible para que yo no hable ni diga la verdad de lo ocurrido. Yo tengo mucho miedo de tener que ir a la Argentina y también de regresar a Venezuela, mi país.
La única manera que puedo pensar en que esto se resuelva, es desde aquí, defendiendo mi extradición a Argentina desde aquí. Mi plan contratar un abogado aquí en los Estados Unidos. Uno que todo el mundo sepa que uno dice la verdad. Yo le diré al abogado que el dinero es mío y que lo llevaba a la Argentina para dar la cuota inicial para la compra de unas tierras. También, si es necesario, hablaré con la prensa para que esta historia se convierta en creíble. Pero para poder convencer a los jueces y a los abogados aquí, debo tener evidencias reales.
Me dijeron que se me iba a dar un documento (una declaración de aduanas) en Caracas, diciendo que yo salí con ese dinero aquella noche. En estos momentos no tengo el documento.
Al mismo tiempo un documento de compra-venta de tierras en la Argentina para probar que el dinero tenía ese fin. Yo creo que la DISIP, a cargo de resolver este problema ahora, tiene la capacidad de hacerlo. Pero necesito esa documentación en forma urgente.
Debido a los sacrificios que estoy pasando y para aclarar mi buen nombre y para tener suficiente dinero para pagar a los abogados, necesito $2 millones. Cabe mencionar que esa cantidad de dinero fue la que se me ofreció para este fin. Tengo la cuenta para que esto se pueda lograr. Y finalmente quiero su garantía que después que haga todo esto, no me encuentre en problemas legales en Venezuela. Y sólo usted, Comandante puede proveerme esa garantía y darme su palabra.