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Sobre el ostensible crecimiento de Jorge Sobisch y Francisco De Narváez

----Mensaje original----
De: Hugo
Medialunas Enarboladas

En pocos días más, los opositores que queden, se van a disputar, a cuchillo, el apoyo de Jorge Sobisch, y de Francisco De Narváez.
Ambos estadistas figuran como referentes plausibles para el virtualismo de cualquier armado.
Dejaron de ser, exclusivamente, "perspectivas de monederos presuntos".
En adelante emergen, para muchos aventureros, como la última esperanza.

A medida que se nos acerca octubre, crece ostensiblemente, tío Plinio querido, la magnitud conceptual de Jorge Sobisch.
El Gobernador de Neuquén supo tapizar la república. Con la expresividad de su mirada que sobrepasa los horizontes generacionales.

También se potencia, de pronto, el carisma cultural de don Francisco De Narváez. Alias Pancho, el tradicionalista caudillo popular del cuellito tatuado.
Con decirle que Lavagna, en algunos días, se va a arrepentir, dolorosamente, por haberlo desairado.
Cuando Lavagna sienta la carencia, sobre todo, del avión.
Y deba hacer dedo, a la vera del camino, con Sarghini y los radicales.

Pronto, habrá que disputar también, a cuchillo limpio, hasta una audiencia con cualquiera de los canales. Los filtros para llegar a ellos, los salvadores.
Habrá que esforzarse para llegar, por ejemplo, a Mauricio Silva. O a Carlitos Grosso, en el caso de Sobisch.
O para llegar a Martínez Varela. O a Constanza Guglielmi, en el caso de don Pancho De Narváez.
Una lástima que Brown se quede algo rezagado.
En esta carrera de resistencia, tío Plinio querido, hay que cuidar el aire.

Crece, hasta agigantarse, el prestigio de los probables salvadores, Sobisch y De Narváez.
En especial cuando los otros próceres, sin oxígeno en la carrera, comienzan a preocuparse por la respiración. Aunque se encuentren favorablemente posicionados en la inutilidad de la encuestología.
Atraviesan angustias existenciales, como consecuencia de las dificultades para encarar los gastos, siquiera elementales, de la campaña.
Diría, confidencialmente, más. Pero sólo para usted y tía Edelma. Hay candidatos, del primer nivel del mediatismo, animadores protagónicos, que ya sienten miedos crematísticos.
Temen no acumular. Ni siquiera para pagarse la impresión de los millones de boletas.

La Gestión de La Caja

En la Argentina hasta el alma es prebendaria.
No se trata de ninguna reflexión destinada al espanto fácil de los teólogos.
Ocurre que, cada vez con mayor intensidad, el asunto del poder se vuelve más prebendario.
Sólo cuenta con recursos, para hacer política, aquel que tiene el manejo de una Caja.
De manera que el dinero para las campañas debe salir, mayoritariamente, de los dibujos de la gestión.
Un contador idóneo se cotiza infinitamente más que cualquier estratega vocacional.
Y aquel que no cuenta con la Gestión de una Caja está, tío Plinio querido, irremediablemente condenado a la derrota.
A poner "de la suya". A empomar a los amigos y parientes. O sufrir, estoicamente, las persecuciones del desgarrador período post-sufragio.

Regla de Tres Simple

Aquí entonces se destaca la fuerza transformadora del gobierno.
La cuestión de la Caja permite la fundación de una prueba de hierro. Es ideal para resolver cualquier Regla de Tres Simple.
La prueba sirve para saber hasta cuándo un desdichado, dispuesto a luchar, es realmente un opositor o un caradura.
O si sólo trata de cotizar más caro, el caradura, el salto probable de garrocha. Hacia el pragmatismo oficialista de la seguridad.
Acuérdese. Para ilustrar acerca de la credibilidad de un rostro usted debía preguntarse, como muestra de confianza, si le compraría, a ese rostro, un auto usado.
Con el mismo código, para averiguar si alguien es de verdad un opositor, habrá que utilizar una prueba similar. Para Regla de Tres Simple.
Pregunta: ¿se encuentra el opositor en condiciones de aguantar un llamado de Alberto Fernández?
O por ejemplo: ¿qué actitud toma el opositor si lo llama, por ejemplo, Parrilli?
O sin ir más lejos, el Chueco Mazzón.

Ventanillas

El análisis descarnado se legitima porque cada vez hay menos ventanillas.
Los grandes empresarios vendieron paulatinamente sus empresas.
Y los pocos mangables que quedan, así sean banqueros o empresarios, se encuentran lo suficientemente controlados por el gobierno.
O exageran, en realidad, la presión gubernamental. Las amenazas de "integrales". Para evitar ceremonias molestas, y atenuar la colaboración.
Los empresarios mangables, tío Plinio querido, ya aprendieron a mirar para otro lado.
Puede anticiparse, incluso, una epidemia próxima de turismo. Que se ausenten, los mangables. Para sortear cordialmente la cicuta del mangazo.

El prebendarismo trasversal hizo estragos.
Logró que los empresarios, aunque lo detesten, no tengan el menor interés en desalojar, democráticamente, a Kirchner.
Pueden criticarlo, a lo sumo, los fines de semana, en el golf. A El o, sobre todo, a ELLA.
Pero no les crea. En general con los Kirchner están de parabienes. Aunque deban aguantarse, de vez en cuando, algún coscorrón, golpeado desde el Salón Blanco, para "Crónica" y "el 26",  y con la venita del cuello inflamada.
Sin embargo los empresarios mantienen la piel lo suficientemente endurecida. Y en los encuentros de IDEA se disponen a abordar, extremadamente atentos, la sexualidad de la tortuga.
Aunque, en cuanto Kirchner se caiga, tampoco vacilarán en cortarlo en tiritas y colgarlo al sol.
Para hacer charqui.

A lo sumo, si son buenos amigos, inteligentemente, los empresarios deben cubrirse.
Pueden poner, entonces, un poquito. Un aporte para cumplir. Para constar en actas. Mientras el malo, Morenito, no se de cuenta.
Ponen como aquel cabalista que le pone, por las dudas, en la ruleta, una ficha al cero.
Aportes que, preventivamente, pueden quedarse en el camino. Insuficientes para costear, con lo que llegue, alguna campaña.

Metafísica

La política, tío Plinio querido, se impregna de metafísica.
Porque escasean los seres que llegan para poner.
Abundan los seres que llegan para sacar.
Y simultáneamente, que sacan para ser.
El Ser se encuentra dado, en el berretismo metafísico, por el Sacar.
La sentencia hubiera desbaratado la arquitectura filosófica de Heidegger y Discepolín.

Proliferan los sedientos de participación, con intenciones de quedarse, entre la Nada, con Algo. Aunque sea con una banca. O una dirección de Banco.
Se encuentran entonces, los opositores, con la medialuna enarbolada. Dispuesta a mojarla, en general, en cualquier taza de café con leche.
Pero ocurre que cada vez hay menos tazas. En tanto, se asiste a una crisis de superproducción de medialunas, crocantes.
Listas, tío Plinio querido, para ser mojadas.

Silogismos y Proverbios

Apreciaciones fastidiosas. Cada vez más distraídos suelen descubrir el defecto del lugar común. Sostienen que es imposible hacer política sin dinero.
La ecuación adquiere la relevancia del silogismo. Más de Narosky que de Porchia. O Nemer Ibn El Barud.
"Si no aparece la moneda, el proyecto cae antes de surgir. Pero porque no atrae la moneda".

Para salir de la encerrona, recomiéndase el contrasilogismo.
"Primero debe aparecer la política. Después los capitales que la faciliten".

Es innecesariamente así. ¿Qué proverbio está, tío Plinio querido, primero?
"Es más importante saber primero quién la pone.
Y recién después averiguar qué se propone".

"En la Argentina el quién es mucho más importante que el qué".

Quede entonces en claro que, en pocas semanas, al gobernador Sobisch, y a don Pancho De Narváez, habrá que tomarlos como glaciales estadistas que le hacen falta a la república.
Porque conjugan, ambos, la capacidad de reconstrucción moral de Konrad Adenauer. Como para resurgir entre los escombros.
La lucidez intelectual de Pierre Mendes-France, para superar la nociva atmósfera de mediocridad.
Y el tino apaciguador de Neville Chamberlain, para lograr la utopía de la reconciliación histórica.

Encárguese de darle más datos a tía Edelma. Sobre todo de Mendes-France, casi olvidado hasta en el ingrato París. Y en menor medida, de Chamberlain, aunque sea conservador.

Fuente: Asis Digital