Invertí 47 minutos de mi vida en escuchar a LA SEÑORA. Reina, sería poco, merece más. En la calle, no estaban las 20.000 personas que iban a llevar. Al menos las cámaras no las mostraron.
Cuando, el Canal 7 no se lo iba a perder. A este Gobierno que ha hecho feliz a tantos millones de argentinos, empiezan a desacompañarlos la gente, los jefes, los diarios, los fiscales, los periodistas de radio y televisión. ¿Sienten mal olor?
Ella, sólo SONRÍE PARA LAS FOTOS. El discurso, sin leer un papel, nos devolvió la Cristina ofuscada, resentida. Exhibiendo, sin querer, a una parte de la "COBARDÍA NACIONAL". Ver a los Intendentes, a los punteros de Duhalde, a muchos de los ministros de la década del 90 aplaudiéndola, mientras los ofendía me hizo escribir un epitafio: LA DIGNIDAD HA MUERTO.
Scioli, miraba el techo del teatro, silenciosamente molesto. Solá 7 años con Menem parecía que iba a levantarse y protestar, y terminaba aplaudiendo tímidamente, la condena que ella hacía de los 90.
El elogio exagerado al Presidente fue ya EL FINAL DE FIESTA MACABRA. Se sintió FUNDADORA, y si GANA FUNDIDORA. De un país soberbio, sin pobres, sin indigentes, y con un patrón de educación superior al mundo. Mientras ella hablaba de autoestima, a mi me daba AUTOLASTIMA. Habló de LA REPUBLICA, DE MANOS LIMPIAS Miceli, Picolotti, Garré, ¿no son de este gobierno, son del 90? y de la Calidad Institucional de ESTA DEMOCRACIA. Parecía broma.
Me quedé angustiado, no por lo que dijo, sino porque cree en su PROPIA MANIPULACIÓN VERBAL. ¿Estará convencida que su marido deja una República con calidad Institucional? ¿O tuvo que aprenderlo de memoria frente a un espejo?
Padre nuestro que estas en los cielos.... Amén.
Bernardo Neustadt